Publicaciones
Discriminación sexual y racial en el ámbito empresarial
Los resultados de este estudio sobre desigualdad y discriminación en el ámbito empresarial peruano sugieren la persistencia de brechas salariales, y de trato diferenciado, entre hombres y mujeres, aunque menos explicitas que décadas anteriores. Asimismo, detectan prácticas discriminatorias más sutiles en cuanto a raza, etnicidad y apariencia, en general. En contados casos, las autoras han identificado esfuerzos explícitos de inclusión laboral femenina, y algunos de inclusión de personal con discapacidad. Sin embargo, hablar de racismo en el ámbito empresarial, e incluso entre organizaciones que promuevan la responsabilidad social empresarial, sigue siendo tabú.
Título | Discriminación sexual y racial en el ámbito empresarial |
---|---|
Contribuidores | Liuba Kogan, Rosa María Fuchs, Patricia Lay |
ISBN | 978-9972-57-202-9 |
Capítulo del libro La discriminación en el Perú: Balance y desafíos
1. La academia
2. El estado
3. Las empresas
4. Agenda pendiente
5. Pie de página
6. Bibliografía
Históricamente, las ciencias sociales en Latinoamérica no han considerado como tema prioritario de estudio la discriminación en el ámbito empresarial, ya que aquel constituye un espacio privilegiado: el de los incluidos en el mercado. Los científicos sociales se abocaron más bien a estudiar a aquellos que se encontraban en situaciones de gran precariedad social.
Sin embargo, a partir de los estudios de género, se empieza a prestar atención al ámbito empresarial y a la discriminación que se produce en él. A pesar de la inclusión de las mujeres en el mercado, era posible vislumbrar formas de discriminación que las afectaban. Así, a nivel latinoamericano, se desarrollaron investigaciones que mostraban que las mujeres no podían ascender a los puestos más altos (los techos de cristal), que ganaban salarios más bajos que los varones y que estaban destinadas a determinadas áreas femeninas en las empresas (Heller 2010).
Desde las mismas empresas, es a partir del desarrollo de la perspectiva de la «responsabilidad social empresarial», en la década de 1990, que se empiezan a desarrollar indicadores para dar cuenta de ciertas diferencias de género y raciales, en los «reportes de sostenibilidad» de las empresas grandes. Desde el Estado, mientras tanto, la data oficial sobre sexo y raza en el ámbito empresarial es muy escasa, aun cuando se dispone de información laboral. Así, en el último Censo Nacional Económico, realizado en el año 2008, no se proporciona data respecto a las variables sexo y raza.
Es en este contexto que nos encontramos desarrollando en el Centro de Investigación de la Universidad del Pacífico (CIUP) y con el auspicio de la Fundación Ford, el proyecto «Sistemas abiertos y/o encubiertos de discriminación racial y sexual en el entorno laboral desde la perspectiva de ejecutivas y ejecutivos de pequeñas, medianas y grandes empresas en Lima». El estado de la cuestión que compartimos en este texto proviene de la necesidad de levantar información dispersa y proveniente de fuentes diversas: la academia, el Estado y las empresas.
1. LA ACADEMIA
En las sociedades contemporáneas occidentales, el ideal social de vida buena se sustenta en las ideas de igualdad de derechos y de relaciones no jerárquicas; por ejemplo, por sexo y raza (Taylor 2006). Esta visión del mundo es bastante reciente en la historia de la humanidad: se trata de un proceso que se inicia en la modernidad y que aún no concluye debido a que los cambios en la experiencia de la vida cotidiana no van siempre de la mano y a la misma velocidad que los ideales que las sociedades plantean. Incluso, distintas instituciones sociales se apropian de los discursos no jerárquicos -por ejemplo, de igualdad o inclusión- a distintas velocidades y con argumentos ideológicos diversos. Por ejemplo, el sistema educativo en el Perú se apropió del discurso de la igualdad de género antes que las empresas, pero los institutos armados posteriormente a las anteriores y con justificaciones y argumentos reelaborados en el contexto de sus propios valores institucionales.
El interés por el estudio de varones y mujeres en las empresas data de finales de la década de 1980 e inicios de la de 1990, años en los que se despliegan muchos esfuerzos académicos, mayoritariamente desde los estudios de género, alimentados por los movimientos feministas (Brizendine 2008, Clancy 2007, Heller 2010, Delfino 2004, 2005). Las investigaciones elaboradas en estos años dejaron ver que los varones ocupaban los puestos más altos en las empresas, que las mujeres no se desempeñaban en los puestos para los que estaban formadas y que adicionalmente les resultaba más difícil que a sus pares ingresar, ascender, evitar puestos de «vía muerta» y recibir iguales salarios para similares trabajos. De allí surge el interés por estudiar la discriminación en el interior de las empresas, que empieza a evidenciarse con mayor fuerza en la última década, cuando los académicos -y principalmente las mujeres- se preguntan si las diferencias de sexo afectan nuestra capacidad de desempeñarnos en el ámbito laboral profesional.
Por otra parte, no encontramos en la literatura académica estudios que indaguen con acuciosidad por la discriminación racial en interior de las empresas en nuestro país. Al parecer, no se investiga sobre la composición racial en ellas y las formas de racismo que pueden manifestarse. Por cierto, es de notar que los estudios sobre personas de diversas razas en el interior de las empresas son mucho más recientes que los de género en la literatura anglosajona, y casi inexistentes en América Latina.
Recientemente, el BID ha promovido estudios sobre temas asociados a los mercados laborales y los ingresos de los trabajadores, que evidencian brechas y discriminación por sexo, raza o grupos étnicos. Un informe reciente, Nuevo siglo, viejas disparidades: brecha salarial por género y etnicidad en América Latina (Atal, Ñopo y Winder 2009), propone que, a nivel latinoamericano, los grupos no minoritarios en promedio ganan 28% más que las minorías1.
Entre otras cosas, la investigación señala que «[…] las minorías étnicas en la región se enfrentan a ‘techos de cristal’ o a barreras de acceso al intentar obtener un puesto bien pagado […]» (Atal et al. 2009: 45). Estas y otras características no han sido investigadas en profundidad ni interrelacionadas adecuadamente con factores de género y pobreza. Como señala la misma investigación, «[…] existe una combinación de características individuales y laborales adquiridas por el grupo no minoritario, pero no por las minorías […]» (Atal et al. 2009). Una observación es que la baja calidad en la educación -que afecta en gran medida a las minorías- es un factor clave para el acceso a mejores condiciones laborales de los individuos. Pero los mismos autores señalan la necesidad de hacer más investigaciones respecto a los factores subyacentes de discriminación y que explicarían estas diferencias en grupos que presentan características educativas y de experiencia homogéneas, y que fueron foco de la investigación.
Un interesante estudio realizado en Lima Metropolitana nos da algo más de evidencia de que existen prácticas discriminatorias realizadas en el momento de la contratación de personal. Dicho estudio analiza las solicitudes que tramita la bolsa de trabajo que posee el Ministerio de Trabajo (MTPE) a través del programa denominado Red CIL – Proempleo. Esta bolsa de trabajo ofrece, en su mayoría, vacantes en ocupaciones técnicas u operativas. Los autores (Ñopo, Saavedra, Torero y Moreno 2004) investigan a la población conformada por los buscadores de empleo -en su mayoría, jóvenes con diferencias raciales relativas, que podrían agruparse como indígenas, mestizos y blancos- y que acuden a la red para conseguir una vacante. De acuerdo con los resultados obtenidos, las diferencias en las tasas de colocación señalan, entre otras cosas, que ciertos puestos de trabajo favorecen a mujeres blancas, como el puesto de secretaria; y otros, a los hombres blancos, como el puesto de asistentes administrativos y contables. En este último caso, las mujeres indígenas son las que poseen menores tasas de colocación. Existen, pues, patrones discriminatorios raciales, y estos son más marcados entre las mujeres. El mismo estudio señala que es posible la existencia de la autosegregación; es decir, que los postulantes modifiquen sus pretensiones de sueldo con el propósito de tener más probabilidades de acceder a determinados puestos de trabajo; sin embargo, se desconoce si esta autodiscriminación está directamente vinculada a temas de raza o género.
Otro estudio, realizado para la OIT por Patricia Vera (2006), y que también emplea como base de análisis la Red CIL – Proempleo del Ministerio de Trabajo, analiza diversos aspectos vinculados a la discriminación en los procesos de selección de personal. En su investigación, destaca que las variables de edad y presencia son las más consideradas en el momento de evaluar una postulación, y que el requisito de «buena presencia»2, si bien no presenta resultados representativos a partir del estudio, sí estaría presente durante el proceso de entrevista personal. El estudio también muestra evidencias de que existen diferencias salariales cuando se evalúan criterios de género.
2. EL ESTADO
Por el lado del Estado, las fuentes disponibles para rastrear información sobre sexo o género resultan muchas más que las que contienen información sobre diversidad racial. En el siguiente gráfico, se muestran las principales fuentes oficiales que brindan información estadística sobre variables de género y raza en encuestas nacionales e informes empresariales.
Un informe presentado por la Defensoría del Pueblo sobre la actuación del Estado frente a la discriminación (2009), señala aquellos casos por discriminación que fueron sistematizados por dicha institución entre los años 2007 y 2008, además de la información proporcionada por los organismos del Estado que tienen competencia en materia de investigación y sanción para los casos de discriminación3. Es interesante señalar que en dicho período los casos comentados son relativamente escasos, lo cual guarda una gran distancia con la realidad que puede manifestarse en el interior de las organizaciones. Asimismo, se evidencia también la necesidad de que el Estado tenga un rol más proactivo en su labor de prevención e inspección -cuyo punto de partida no sean solo las denuncias presentadas por los afectados-, además de generar las bases adecuadas para proteger y salvaguardar a la población, de tal manera que existan las condiciones adecuadas que a su vez generen una mayor participación ciudadana en la defensa de los derechos de sus conciudadanos.
Otras dos entidades que producen estadística relevante sobre discriminación son la Defensoría del Pueblo y el Indecopi. La primera abarca denuncias formuladas contra entidades del Estado, y el segundo, sobre denuncias presentadas sobre restricciones para acceder a espacios privados abiertos al público. En conjunto, si bien se poseen evidencias clave sobre el asunto materia de la presente investigación -y aun cuando falta profundizar sobre ellas-, sirven de punto de partida para estudios que lleven a establecer propuestas que permitan una participación más activa de las empresas en materia de igualdad laboral.
Las estadísticas que se encuentran en informes del Ministerio de Trabajo o del INEI sobre el tema de género, se refieren a la ocupación femenina, y no se documentan aspectos sobre lo que sucede con la mujer en los diferentes tamaños de empresas, cuáles son los puestos que ocupan o las barreras que enfrentan. La presentación de las estadísticas laborales se aproxima a lo que podría ser el tamaño de empresa al mencionarse empresas según la cantidad de trabajadores: de 2 a 9, de 10 a 49 y de 50 a más. Sin embargo, al agruparse los trabajadores de esta manera, no se facilita el análisis de lo que ocurre en las empresas pequeñas, medianas y grandes de manera independiente.
El informe La mujer en el mercado laboral peruano, que el Ministerio de Trabajo presenta anualmente, representa un esfuerzo importante por analizar la situación laboral de la mujer en el Perú. En él, se dedica un capítulo especial a las diferentes características de la población económicamente activa según sexo. En dicho informe, se aprecia la distribución laboral de la población femenina por sector de ocupación (en el sector público, privado o independiente). Cabe mencionar que en su mayoría las mujeres se ocupan principalmente en la pequeña empresa.
Finalmente, el INEI publica Estadísticas con enfoque de género (Informe Técnico)4, donde presenta un capítulo sobre estadísticas de participación en la actividad económica de hombres y mujeres, en el que se señala que la brecha salarial por sexos va incrementándose. En el último informe publicado (INEI 2011), la PEA ocupada urbana masculina y femenina se distribuye por tamaño de empresa, de acuerdo al siguiente cuadro:
Asimismo, el mismo informe muestra las categorías de ocupación para hombres y mujeres, tal y como vemos en el siguiente cuadro:
Como se aprecia en este último cuadro, las mujeres ocupan una minoría en la categoría de empleador o patrono y superan a los hombres en la categoría de trabajadores independientes y trabajadores familiares no remunerados.
3. LAS EMPRESAS
En los últimos quince años, gobiernos de todo el mundo han tomado cada vez mayor conciencia de los problemas sociales y ambientales que afectan a una gran parte de la población y a nuestro planeta, situación que ha motivado la firma de convenios y el desarrollo de proyectos conjuntos orientados a la eliminación de la pobreza y las diferencias sociales que en pleno siglo XXI siguen vigentes. Las empresas -tradicionalmente preocupadas por su desarrollo económico- se han convertido en agentes importantes en la búsqueda de soluciones y aportes en la consecución de dichos objetivos. De esta forma, nace el concepto de responsabilidad social empresarial (RSE), que se define como una nueva forma de gerencia a través de la cual las empresas desarrollan sus estrategias no solo orientadas a satisfacer necesidades económicas, sino también las necesidades sociales y ambientales de sus stakeholders o grupos de interés.
Asimismo, en la última década hemos visto cómo muchas de las grandes empresas de nuestro país -varias de ellas transnacionales que adaptan las estrategias y objetivos en materia de RSE de la empresa matriz- han ido incorporando aspectos de dicha filosofía empresarial en el interior de sus organizaciones. Y un medio empleado por las empresas para poder evaluar internamente sus acciones y/o establecer indicadores de medición respecto a acciones de RSE son los Indicadores Ethos5 y Global Reporting Initiative (GRI)6. Ambos instrumentos desarrollan un capítulo vinculado al tema de diversidad e igualdad de oportunidades. El primero aborda los temas de equidad racial y equidad de género, incluyendo, además, aspectos como la gestión participativa, la valoración de la diversidad y la relación con el sindicato, entre otros. El segundo incluye aspectos como la composición de los órganos de gobierno corporativo y planilla, desglosada por sexo, grupo de edad, pertenencia a minorías y otros indicadores de diversidad, además de la relación entre el salario base de los hombres con respecto al de las mujeres, desglosado por categoría profesional.
Otro mecanismo a través del cual las empresas comunican e informan sobre su desempeño -considerando el triple equilibrio entre lo social, ambiental y económico- son sus memorias de sostenibilidad. Este instrumento, que destaca las relaciones y vínculos con cada stakeholder, también debe incluir la situación de los trabajadores o colaboradores. Sin embargo, respecto a la información que nos interesa identificar -la proporción y clasificación de sus trabajadores-, en el Perú solo podemos obtener data sobre el número de trabajadores y la proporción de mujeres que forman parte de este total. Con escasas excepciones se indica la proporción de mujeres que se ubican en puestos gerenciales; y prácticamente en ninguna se hace referencia a la paridad en temas salariales. Asimismo, respecto a los demás indicadores no hay información alguna, por lo menos en los documentos públicos y asequibles para investigadores.
De acuerdo con lo que menciona Sanborn (2008), son pocas las empresas que demuestran avances significativos en sus políticas laborales, que van desde permitir la creación de sindicatos hasta establecer indicadores que valoren la diversidad y equidad. Pese a que la literatura mencionada sobre RSE señala a los colaboradores (trabajadores) como importantes, los indicadores respecto a la diversidad y equidad que elaboran las empresas solo señalan, en términos generales, la inclusión de aspectos de género (número de hombres y mujeres en planilla) y, en menor medida, políticas de inclusión para personas con discapacidad. En el Perú, hay una ausencia casi total de indicadores que consideren aspectos raciales o de etnicidad.
A continuación, presentamos una breve revisión de siete casos de empresas que operan en el Perú y los datos que manejan respecto a la diversidad en el interior de las mismas:
1. IBM: en el año 1995, la matriz estadounidense de la IBM lanzó un proyecto que tenía como fin el analizar y conocer la diversidad del grupo humano con el que laboraba, con el propósito de eliminar cualquier tipo de discriminación, promover la inclusión y representatividad de diversas «minorías», así como comprender las características y preocupaciones particulares de cada grupo. De esta manera, se crearon ocho equipos de trabajo, considerando aspectos raciales, de género y otros: asiáticos, mujeres, negros, personas discapacitadas, homosexuales / lesbianas / bisexuales / transexuales, latinos, blancos y nativos estadounidenses (Thomas 2004). El conocer a profundidad las demandas de estos grupos no solo mejoraría el clima organizacional y el desempeño de los trabajadores, sino que tendría impactos económicos positivos para la empresa, ya que este trabajo permitiría, a su vez, conocer mejor a los clientes.
Esta estrategia se trasladó a las filiales de IBM en Latinoamérica. En el Perú, y a nivel latinoamericano, la estrategia de diversidad empleada por la empresa abarca los siguientes grupos: mujeres, personas con discapacidad, gays / lesbianas / bisexuales y transexuales. Lamentablemente, no hay políticas directas respecto a aspectos raciales o étnicos. Tampoco se tiene acceso a los indicadores nacionales respecto a los otros criterios, pues las memorias a las que se tiene acceso público dan cuenta de los resultados regionales, mas no desagregados por país (IBM Perú 2010).
2. Repsol: de esta empresa solo tenemos acceso al Informe de Responsabilidad Corporativa por región, pero no por país. En su Memoria de Responsabilidad Corporativa 2010, se señala que la empresa Dz[…] no discrimina por ningún motivo a las personas que trabajan en la compañía, ni en el momento de la contratación, en ningún país en los que está presente […]» (Repsol 2010: 70). Lamentablemente, no se tiene un mayor detalle respecto a las acciones por país respecto a estos criterios, aunque sí hace distinción en el número de trabajadores por género y el salario de las mujeres en relación con el de los hombres; sin embargo, no se especifica la proporción de mujeres en puestos directivos (Repsol 2010: 85).
3. Yanacocha: la Minera Yanacocha, en su Reporte de Sostenibilidad del año 2009 (que emplea los parámetros de la GRI), no proporciona data alguna vinculada a la diversidad, ni mención al número de mujeres en su planilla, aunque señala brevemente algunas acciones en pro de los derechos humanos (Yanacocha 2010: 83). Al tratarse de una empresa que desarrolla sus actividades en una provincia del país, sería de gran interés y relevancia conocer dichos indicadores.
4. Compañía Minera Antamina: esta empresa minera, en su Reporte de Sostenibilidad del año 2009 (que emplea parámetros de la GRI), proporciona la siguiente información:
5. Backus: la empresa, tal y como lo señala en su Reporte de Desarrollo Sostenible del año 2009, «[…] tiene una posición firme de no discriminación y busca fomentar la diversidad […]» (Backus 2010: 20). Asimismo, desagrega información de sus empleados considerando el género y la categoría ocupacional de los mismos. En dicho reporte, podemos encontrar los siguientes datos:
6. Banco de Crédito (BCP): el BCP, en su Memoria de gobierno corporativo y responsabilidad social del año 2008, presenta la siguiente información:
- Número de trabajadores mujeres: 55% (esto ha significado un incremento de 2 puntos porcentuales respecto al año 2006).
- Porcentaje de cargos de gerencia ocupados por mujeres: 14% (data a partir del año 2008).
No existe información pública de los Bancos Scotiabank y HSBC respecto a estos criterios.
7. Telefónica del Perú: esta empresa, en su Informe de Responsabilidad Corporativa del año 2008, propone estrategias que promuevan la igualdad de oportunidades. En respuesta a ello, dicha organización ha desarrollado programas destinados particularmente al tema de género. Así, se tiene:
- Mujeres en Telefónica: 45% (este cálculo es sobre la base del total de colaboradores de la compañía. Al cierre del 2008, la compañía empleaba directamente a 15.213 personas).
- Mujeres en puestos intermedios y directivos: 66% (cálculo obtenido sobre el total de directivos y mandos intermedios de la compañía).
La mayoría de estas empresas establecen las mismas políticas de sus empresas matrices, y, dada su experiencia, cabría suponer informes que proporcionen mayor cantidad de indicadores7. Asimismo, se observa que se proporcionan datos vinculados al tema de género, pero existe mucha distancia aún entre dicha información y el desarrollo de políticas de diversidad, aun cuando hay mayor conciencia de la importancia de la equidad de género y la apertura hacia el diseño de algunas estrategias que equilibren el desarrollo profesional de la mujer con la vida familiar.
Se puede afirmar que la situación difícil que afronta la mujer en el ámbito empresarial no se presenta solo en el Perú. En un informe denominado «Tierra de hombres», García (2010) da cuenta de que en los consejos de administración de las cien empresas más grandes de América Latina, solo el 7% de 654 asientos disponibles es ocupado por mujeres. Adicionalmente, muchas de estas mujeres pertenecen a las familias que controlan esas empresas.
Si nos centramos en la mujer y el mundo empresarial peruano, podemos tomar como referencia el informe producido por Cavanagh, Peru: The Top 10,000 Companies. En su edición del año 2009, de las primeras 100 empresas de la lista solo 4 tienen mujeres en su gerencia general. Del mismo modo, de las 100 primeras empresas extranjeras que operan en el Perú, solo 4 de ellas tienen gerentas generales mujeres. Adicionalmente, podemos apreciar el porcentaje de gerencias generales que, en empresas grandes, medianas y pequeñas, es ocupado por mujeres. Como se aprecia en el cuadro 5, la mujer ocupa minoritariamente posiciones de alta jerarquía en las empresas peruanas. Los estudios presentan las estadísticas pero no identifican la causa de esta realidad, que puede estar ligada a factores propios de la empresa, como una cultura organizacional que no favorece el avance de la mujer o a factores personales de la propia mujer, que prioriza el ámbito familiar antes que el profesional. Estudiar las razones que en la empresa peruana ocasionan que las mujeres se estanquen en el desarrollo de su carrera profesional contribuirá con el reconocimiento de aspectos que se deben mejorar en el ámbito empresarial en la búsqueda de la igualdad de oportunidades de hombres y mujeres.
Cabe mencionar que la información que presentamos en el cuadro anterior no se encuentra dispuesta de esta manera en la publicación de Cavanagh y que se tuvo que revisar el listado completo para poder contabilizar la presencia de la mujer en las posiciones más altas de las empresas. Nótese que para las mujeres se utiliza el criterio decimonónico de «señora» o «señorita» como título. Asunto que de por sí revela un elemento discriminatorio al marcar la posible etapa reproductiva de la mujer como un indicador que a la larga le restaría valor como trabajadora.
No solo las mujeres llegan difícilmente a ocupar cargos de gerencia, sino que tienden a recibir un ingreso menor que sus pares varones por el mismo trabajo. En un estudio realizado por DBM en el 2009 (DBM Perú, «Diversidad de género», 2009), a partir de entrevistas a 68 gerentes de Recursos Humanos de empresas grandes (43% multinacionales, 57% nacionales), se encontró que, del total de sus colaboradores, 25% eran mujeres. Un 23% de ellas recibía un sueldo menor que el de sus pares varones. Del total de mujeres encuestadas, 9% ocupaban puestos ejecutivos. El 15% de estas empresas realizaban esfuerzos para acelerar la línea de carrera de las mujeres. Este estudio brinda resultados positivos en cuanto a que un grupo de empresas grandes trata de brindar igualdad de oportunidades a hombres y mujeres; sin embargo, esta cifra nos muestra que dicho esfuerzo aún no es la norma. No contamos con información sobre la realidad de la promoción de las mujeres en la empresa pequeña y mediana. Otro informe sobre las ejecutivas peruanas (Bronstein 2010) señala que en el Perú las mujeres ejecutivas se desempeñan principalmente en sectores farmacéuticos y financieros, pero que no ocupan los puestos de mayor jerarquía: solo el 10% de las mujeres lo hace.
Las cifras y fuentes mencionadas aquí pretenden iniciar reflexión sobre la situación de la mujer en la empresa. Sin embargo, no se cuenta con estudios de mayor profundidad sobre la mujer en su ámbito ejecutivo. La escasez de información se debe también a que casi ninguna de las empresas pequeñas o medianas publica informes o reportes que den cuenta de la movilidad laboral de hombres y mujeres; mucho menos acerca del manejo de la diversidad en el interior de ellas.
4. AGENDA PENDIENTE
En términos generales, debemos señalar que no se cuenta con información suficiente sobre cómo las empresas contabilizan y miden a su capital humano en temas relacionados con su diversidad. Sería conveniente disponer de mayor información sobre el tema de la igualdad de oportunidades para hombres y mujeres conociendo las políticas de fomento a la flexibilidad laboral, de acuerdo a los distintos tamaños de empresas.
La elaboración de estadísticas que consideren los temas de discriminación sexual y racial en el ámbito de la empresa pequeña, mediana y grande resulta fundamental como punto de partida para conocer la situación de cada tipo de empresa y la problemática que afrontan. Sin embargo, resulta recomendable profundizar la investigación a través del estudio de casos, ya que estos permitirán el descubrimiento de las variables en las que se deben colocar los mayores esfuerzos para evitar diversas formas de discriminación.
La identificación de buenas prácticas en torno a la no discriminación que sirvan como casos ejemplares al resto de las empresas es una labor por realizar. Documentar las políticas, los obstáculos que se enfrentan y las medidas que se aplican resulta relevante para generar conciencia sobre la no discriminación y actitudes proactivas sobre este tema. El destacar los beneficios que se generan en un ambiente de trabajo diverso puede proporcionar mayor apertura de parte del empresariado hacia estas prácticas.
En consecuencia, resulta necesario desarrollar sinergias entre el Estado, la academia y los movimientos sociales (existentes aunque débiles), no solo para generar información suficiente, relevante y oportuna para hacer visibles las diferencias, desigualdades y oportunidades que nos lleven a crear mayor igualdad entre los grupos y categorías sociales menos favorecidas en el ámbito laboral, sino también para dar a conocer todo lo que se ha trabajado hasta el momento. Es decir, analizar de manera conjunta cuáles son los vacíos existentes y cuáles deberían ser las estrategias por implementar, lo que en consecuencia dé origen a planes prácticos y acciones inmediatas que puedan llevarse a cabo para hacer frente a los desafíos que dicho contexto demanda. En este sentido, es necesario desarrollar mayor conciencia y compromiso en las empresas sobre la necesidad de registrar, identificar y valorar la diversidad. Y para ello, el aporte de los investigadores y expertos en dicha materia se hace imprescindible, de tal manera que al ser «traducidos» y transferidos a la realidad empresarial, pueda generarse un nuevo conocimiento por ser aplicado desde el ámbito empresarial.
Cabe señalar que si bien contamos con mayor acceso a información sobre las diferencias entre hombres y mujeres, la correspondiente a las diferencias raciales y/o étnicas es muy escasa. Ello debe considerarse como parte de la agenda pendiente.
En síntesis, la falta de registro de información sobre sexo, raza y/o etnicidad en las empresas peruanas, no solo resulta ser una práctica del sector público, sino también del privado. Ello nos lleva a afirmar que el interés teórico, práctico y declarativo sobre discriminación, inclusión o diversidad en las empresas no se ha visto reflejado en acciones concretas de registro y seguimiento en nuestro país. Lo cierto es que las iniciativas presentadas son en su mayoría desarrolladas por grandes empresas, muchas de las cuales adecuan las normativas y políticas establecidas por la empresa matriz. En otras palabras, las empresas que mayores alcances han ofrecido en esta materia son aquellas que provienen de Europa o de Norteamérica, las cuales llevan la delantera respecto a las políticas de diversidad e inclusión dentro de las empresas. Pese a lo positivo que resulta ello, es evidente que, ante la invisibilidad de políticas públicas clave respecto al tema de diversidad y discriminación, la empresa privada tampoco refuerza el análisis respecto a la situación o el contexto que ello pueda generar dentro de sus organizaciones. Es, por tanto, un reto trabajar en ese sentido, lo que sin lugar a dudas representa la oportunidad que estas tienen de proporcionar una postura más clara y sentar las bases sobre un tema pendiente, que en definitiva ha sido evitado en diversas instancias y que hoy reclama, decididamente, una participación más activa de los principales actores en el desarrollo económico y social, como es la empresa privada.
PIE DE PÁGINA
1 El estudio tomó como «minorías» a personas que en las encuestas de hogares se identificaron como indígenas o afrodescendientes, o que hablan una lengua indígena.
2 De acuerdo con la autora, la característica «buena presencia» considera: arreglo personal, tez blanca, buena imagen, complexión (delgadez), entre otras. Esta es aplicada en la mayoría de casos a puestos que solicitan personal femenino. Esta variable incluyó también la denominación «provinciano». Si bien las características antes mencionadas no se indicaban en campos específicos requeridos por las fichas de solicitud, estas sí se encontraron en el campo de observaciones.
3 Entre ellos se encuentran: el Ministerio de Trabajo, el Instituto Nacional de Defensa de la Competencia y de la Protección de la Propiedad Intelectual (Indecopi), el Ministerio de Educación, el Ministerio Público y el Poder Judicial.
4 Esta publicación es trimestral y se publica desde el año 2005 hasta la fecha.
5 Los indicadores Ethos de Responsabilidad Social Empresarial fueron creados por el Instituto Ethosde Empresas y Responsabilidad Social, organización sin fines de lucro brasileña creada en 1998 y cuyo propósito es sensibilizar y promover la gestión de la responsabilidad social de las empresas. Dicha institución es un referente importante, ya que es pionera en el tema de RSE a nivel de Latinoamérica.
6 El GRI es una herramienta creada en 1998 por la ONG Ceres y que desde entonces promueve el desarrollo sostenible y la responsabilidad social empresarial, a partir de la presentación de informes y memorias de sostenibilidad, estableciendo principios e indicadores clave para ayudar a las empresas en la medición de su desempeño económico, ambiental y social.
7 Sin embargo, también cabría la posibilidad de que esta data no sea difundida al público externo.
BIBLIOGRAFÍA
ALLES, M.
2000 Mujeres, trabajo y autoempleo. Otro camino frente al desempleo y desarrollo de carrera. Buenos Aires: Gránica.
AMNISTÍA INTERNACIONAL SECCIÓN PERUANA, ASOCIACIÓN GRUPO DE TRABAJOS REDES, ASOCIACIÓN PRO DERECHOS HUMANOS, CENTRO AMAZÓNICO DE ANTROPOLOGÍA Y APLICACIÓN PRÁCTICA y CENTRO DE CULTURAS INDÍGENAS EN EL PERÚ
2009 Situación del racismo en el Perú. Lima.
ANDINA
2010 «Empresas de servicios son las que cometen discriminación en ofertas laborales, señala el MTPE». 31 de mayo. Recuperado el 6 de junio de 2010, de <http:// www.andina.com.pe/espanol/Noticia.aspx?id=zhoXJerk9Qg=>.
ANDRÉ, Pierre
1998 «Racismo». En: Cahier du Cevipof, N° 20, pp. 4-10.
ANKER, Richard
1997 «La segregación profesional entre hombres y mujeres». En: Revista Internacional del Trabajo, Vol. 116, N° 3.
ANTAMINA, C. M.
2010 Compañía Minera Antamina. Recuperado el 6 de junio de 2010, de <http:// www.antamina.com/reportedesostenibilidad/pdf/RS_Antamina_2009.pdf>.
ANZORENA, C.
2008 «Estado y división sexual del trabajo: las relaciones de género en las nuevas condiciones del mercado laboral». En: Utopía y praxis latinoamericana, pp. 47-68.
APEMIVES CONO SUR
s.f. Apemives Cono Sur. Recuperado el 26 de mayo de 2010, de <http:// www.Scityweb.com/apemives/nuevo/>.
APPADURAI, A. y K. STENOU
2006 Capítulo 7. En: El pluralismo sostenible y el futuro de la pertenencia. EE.UU.
ARANGO, Luz Gabriela y Mara VIVEROS
1996 «Itinerarios profesionales y calendarios familiares». En: Revista Colombiana de Sociología (nueva serie), Vol. III, N° 1, pp. 26-51.
ARDITO, W.
2009 Las ordenanzas contra la discriminación. Lima: Pontificia Universidad Católica del Perú. Departamento Académico de Derecho.
ASCENCIO, María Soledad
s.f. ¿Mujeres empresarias o empresarias femeninas?: la generización de la gestión empresarial.
ATAL, J. P.; H. ÑOPO y N. WINDER
2009 Nuevo siglo, viejas disparidades. BID.
BACKUS
2010 Reporte de Desarrollo Sostenible 2009. Recuperado el 2011, de: <http://www. backus.com.pe/wb.website/f/pdf/Backus-ReporteDesarrolloSostenible2009. pdf>.
BANCO DE CRÉDITO
2010 VíaBCP. Gobierno corporativo y responsabilidad social. Recuperado el 6 de junio de 2010, de <http://www.viabcp.com/zona_publica/04_banco/index. asp?SEC=4&JER=1462>.
BARRERA BASSOLS, Dalia (Comp.)
2001 Empresarias y ejecutivas, mujeres en el poder. México: El Colegio de México.
BELLO, A. y M. RANGEL
2002 La equidad y la exclusión de los pueblos indígenas y afrodescendientes en América Latina y el Caribe. Cepal.
BENAVIDES, M. y M. VALDIVIA
2004 Metas del Milenio y la brecha étnica en el Perú. Versión preliminar. Lima: Grade.
BERTRAND, M.
2010 «Female Power». 5 de enero. En: The Economist. <http://www.economist.com/ displaystory.cfmstory_id=15174418>.
BID
2009 Género y negocios: Casos exitosos en cuatro continentes. PIAZZE, A. I. (Ed.).
BLONDET, C.
2004 Lecciones de la participación política de las mujeres. Instituto de Investigación de las Naciones Unidas para el Desarrollo Social. Junio.
1995 «El movimiento de mujeres en el Perú 1960-1990». En: COTLER, Julio (Ed.). Perú 1964-1994. Economía, sociedad y política. Lima: IEP.
BOND, J.; E. GALINSKY, M. PITT-CATSOUPHES, y M. SMYER
2005 Families and Work Institute. Recuperado el 9 de junio de 2010, de <http:// www.familiesandwork.org/>.
BONDER, Gloria
s.f. Construyendo el protagonismo de las mujeres en la sociedad del conocimiento: estrategias educativas y de formación de redes.
BONILLA-SILVA, Eduardo
1997 «Rethinking Racism: Toward A Structural Interpretation». En: American Sociological Review, Vol. 62, N° 3, junio, pp, 465-80.
BRIZENDINE, L.
2008 «Una razón por la cual las mujeres no llegan a la alta dirección». En: Harvard Business Review, junio.
BRONSTEIN, R.
2010 «Radiografía de la ejecutiva peruana. Mujeres ejecutivas y emprendedoras». En: ME, Mujeres Ejecutivas, abril, pp. 17-24.
BRUBAKER, Roger
2004 «Ethnicity without Groups». En: EWG Introduction.ewg.doc, pp. 1-9.
CÁMARAS DE COMERCIO – FUNDACIÓN INCYDE
2007 Mujeres empresarias en la economía española.
CÁRDENAS DE SANTAMARIA, María Consuelo
2007 «Mal de muchas, ¡consuelo de ninguna!». En: Revista Latinoamericana de Administración, pp. 27-44.
CASAÚS ARZÚ, Marta Elena
2000 «La metamorfosis del racismo en la élite del poder en Guatemala». En: Nueva Antropología. Revista de Ciencias Sociales, Nº 58, pp. 18-64.
CATALYST
2009 «Women Leaving and Re-entering the Workforce». En: Catalyst. Recuperado el 11 de junio de 2010, de <http://www.catalyst.org/page/64/browse-research-knowledge>
2004 «Advancing African-American Women in the Workplace: What Managers Need to Know». En: Catalyst. Nueva York.
CAVANAGH, J.
2009 Peru: The Top 10,000 companies 2009. Lima: Top Publications S.A.C.
CENTER FOR GENDER IN ORGANIZATIONS
2005 «Women Pursuing Leadership and Power: Challenging the Myth of the ‘Opt Out Revolution'». En: CGO Insights, pp. 1-4.
CHANEY, Elsa M.
1983 Supermadre: la mujer dentro de la política en América Latina. México D.F.: Fondo de Cultura Económica.
CLANCY, S.
2007 «¿Por qué no hay más mujeres en la cima de la escala corporativa: debido a estereotipos, a diferencias biológicas o a escogencias?». En: Revista Latinoamericana de Administración, 38, pp. 1-8.
COLINO, César
s.f. «Racismo». <http://www.cholonautas.edu.pe/modulo/upload/RACISMO.pdf>.
CORPORACIÓN BACKUS Y JOHNSTON
2010 «Backus». Recuperado el 6 de junio de 2010, de <http://www.backus.com.pe/ WB.WebSite/f/pdf/Backus-ReporteDesarrolloSostenible2009.pdf>.
CUVÍ, María
2002 «El lugar de las mujeres en una sociedad en crisis: el caso de Ecuador». Conferencia Centroamericana y del Caribe. Reducción de la pobreza, gobernabilidad democrática y equidad de género.
D’ANCONA, Ángeles Cea
2009 «La compleja detección del racismo y la xenofobia». En: Revista Española de Investigaciones Sociológicas, pp. 13-45.
DAEREN, L.
2000 «Mujeres empresarias en América Latina: el difícil equilibrio entre dos mundos de trabajo». En: Desafíos para el futuro. Primer Seminario Internacional de la Mujer Empresaria, pp. 2-13. Santiago de Chile.
DBM PERÚ
2009 DBM. Octubre. Recuperado el 12 de junio de 2010, de <http://www.dbmperu. com/pdf-estudios-mundiales/genero.pdf>.
DELFINO, A.
2005a «Mujeres y ejecutivas: trayectorias de género en Brasil». En: Espacio Abierto, abril-junio, pp. 199-214.
2005b «Representaciones sobre éxito y discriminación de mujeres ejecutivas en Brasil». En: Revista Venezolana de Gerencia (RVG), pp. 132-47.
2004 «Flexibilidad y rigidez: la permanencia de las representaciones sobre lo femenino en un contexto de transformaciones productivas». En: Ámbitos, N° 11-12, pp. 263-79.
DUPUY, Franpois
2006 La fatiga de las élites. El capitalismo y sus ejecutivos. Buenos Aires, Manantial.
DURAND, Francisco
2004 El poder incierto. Trayectoria económica y política del empresariado peruano. Lima: Fondo Editorial del Congreso del Perú.
EAGLY, A. H. y L. L. CARLI
2007 «Las mujeres y el laberinto del liderazgo». En: Harvard Business Review, septiembre.
EL COMERCIO.PE
2009 «Gobierno peruano pidió por primera vez perdón al pueblo afroperuano». 28 de noviembre. Recuperado el 9 de junio de 2010, de <http://elcomercio.pe/ noticia/374776/gobierno-peruano-pidio-perdon-primera-vez-al-pueblo-afroperuano>.
ELY, J. K.
1998 «Introducing Gender». En: Overview, 3-9.
GALINSKY, E.; K. AUMANN y J. BOND
2009 «Families and Work Institute». Recuperado el 11 de junio de 2010, de <http:// www.familiesandwork.org/>.
GARAVITO, C.
2007 Responsabilidad social empresarial y mercado de trabajo. Recuperado el 24 de agosto de 2011, de <http://departamento.pucp.edu.pe/economia/images/ documentos/DDD258.pdf>.
GARCÍA, M.
2010 «Tierra de hombres». En: América Economía, pp. 52-53.
HELLER, L.
2010 Mujeres emprendedoras en América Latina y el Caribe: realidades, obstáculos y desafíos. Cepal. Santiago de Chile: Naciones Unidas.
IBM
2010 «IBM – Diversidad e inclusión». Recuperado el 5 de junio de 2010, de <http:// www.ibm.com/pe/employment/diversity.phtml>.
ILLOUZ, Eva
2009 El consumo de la utopía romántica. El amor y las contradicciones culturales del capitalismo. Buenos Aires: Katz Editores.
2007 Intimidades congeladas. Las emociones en el capitalismo. Buenos Aires: Katz Editores.
INEI
2011 Estadísticas con enfoque de género. Informe Técnico N° 2, junio. Recuperado el 7 de agosto de 2011, de <http://www.inei.gob.pe>.
2010 Brechas de género: insumos para la adopción de medidas a favor de las mujeres. Recuperado el 7 de agosto de 2011, de INEI: <http://www.inei.gob.pe>.
2009 Estadísticas con enfoque de género. Informe Técnico N° 4, diciembre. Recuperado el 7 de julio de 2010, de <http://www.inei.gob.pe>.
KERNER, Ina
2009 «Más allá de la unidimensionalidad: conceptualizando la relación entre el racismo y el sexismo». En: Signos Filosóficos, Vol. XI, N° 21, enero-junio, pp. 188-203.
KOGAN, Liuba
2009 Regias y conservadores. Mujeres y hombres de clase alta en la Lima de los noventa. Lima: Fondo Editorial del Congreso del Perú.
1994 «Profesionales, esposas y madres. Egresadas de la Universidad del Pacífico 1980-1985». En: Apuntes, 35, pp. 97-107.
KOLB, D.; J. K. FLETCHER, D. MEYERSON y R. ELY
1998 Making Change: A Framework for Promoting Gender Equity in Organizations. Blackwell Publishing.
LAMAS, Marta
2007 Género, desarrollo y feminismo en América Latina. México: ITAM.
LIPOVETSKY, Gilles
1999 La tercera mujer. Permanencia y revolución de lo femenino. Barcelona: Anagrama.
LOTTE BAILYN, R. D.
2001 Integrating Work and Family Life, a Holistic Approach. Sloan Work-Family Policy Network.
MARKUS, María
1990 «Mujeres, éxito y sociedad civil. Sumisión o subversión del principio de logro». En: BENHABIB, S. y D. CORNELLA (Eds.). Teoría feminista y teoría crítica. Valencia: Edicions Alfons El Magnánim.
MARTÍNEZ-VÁSQUEZ, M. G.
1995 «Los retos de las mujeres ejecutivas ante el nuevo liderazgo». En: Nueva Sociedad, N° 135, enero-febrero, pp. 126-37.
MARUANI, Margaret; Chantal ROGERAT y Teresa TORNS
2009 Las nuevas fronteras de la desigualdad: hombres y mujeres en el mercado del trabajo. 1a ed. Barcelona: Icaria Editorial S.A.
MAURO, Amalia
2005 Trayectorias laborales en el sector ϔinanciero: recorridos de las mujeres. Chile: Cepal/GTZ.
MAXIMIXE CONSULT S.A.
2009 Caser: Perú ejecutivo, noviembre. Lima.
McGINN, D. K.
2006 «Introduction: Beyond Gender and Negotiation to Gendered Negotiations». En: Negotiation and Conflict Management Research, pp. 1-17.
MINISTERIO DE LA MUJER Y DESARROLLO SOCIAL
2005 Plan Nacional de Igualdad de Oportunidades entre Mujeres y Varones 2006-2010. Lima, Perú.
MINISTERIO DE TRABAJO Y PROMOCIÓN DEL EMPLEO
2008 La mujer en el marco laboral peruano. Informe anual 2008. Perú.
2007 La mujer en el marco laboral de Lima Metropolitana. Informe anual 2006. Perú.
MORRISON, C. y J. JÜTTING
2004 The Impact of Social Institutions on the Economic Role of Women in Developing Countries. París: OCDE.
NELSON, T.; I. GUERTLER, y C. T. BURN
2008 «How the Daughters of Family Enterprise Perceive their Careers as Entrepreneurs». En: Journées Georges Doriot, pp. 1-14.
NEWELL, S.
2002 «La discriminación en el trabajo». En: NEWELL, S. Creando organizaciones saludables – Bienestar, diversidad y ética en el trabajo.Thomson.
ÑOPO, H.; J. SAAVEDRA y M. TORERO
2004 Ethnicity and Earnings in Urban Peru. Alemania: Institute for the Study of Labor – IZA.
ÑOPO, H.; J. SAAVEDRA, M. TORERO y M. MORENO
2004 Discriminación étnica y de género en el proceso de contratación en el mercado de trabajo de Lima Metropolitana. Washington: BID.
O’CONNOR, Marleen
2006 «Women Executives in Gladiator Corporate Cultures: The Behavioral Dynamics of Gender, Ego and Power». En: Maryland Law Review, Vol. 65, N° 2, pp. 465¬503.
OIT
2010 Women in Labour Markets: Measuring Progress and Identifying Challenges. Ginebra: OIT.
2007a La igualdad en el trabajo: afrontar los retos que se plantean. Informe global con arreglo al seguimiento de la Declaración de la OIT relativa a los principios y derechos fundamentales en el trabajo. Suiza.
2007b «¿Discriminación en la contratación?». En: Trabajo, pp. 27-31.
2007c Informe mundial de la OIT: Insidia e inseguridad: la nueva cara de la discriminación y desigualdad en el ámbito del trabajo.
OLAVARRÍA, J.
2008 «Globalización, género y masculinidades». En: Nueva Sociedad, N° 218, noviembre-diciembre, pp. 73-86.
PARÍS POMBO, María Dolores
1999 «Racismo y nacionalismo: la construcción de identidades excluyentes». En: Política y Cultura, N° 12, pp. 53-76.
PAULA, Bruna Vieira de
2009 «A Conferéncia de Revis’áo de Durban contra o Racismo, a Discriminac’áo Racial, a Xenofobia e as Formas Correlatas de Intoleráncia de 2009 e o Brasil». En: Meridiano, enero, pp. 48-50.
PIRAS, Claudia (Ed.)
2006 Mujeres y trabajo en América Latina. Desafíos para las políticas laborales. Estados Unidos: BID.
PLAZA, Orlando (Coord.)
2007 Clases sociales en el Perú: visiones y trayectorias. Lima: PUCP, Cisepa.
PORTOCARRERO, F.
2006 Situación de la responsabilidad social empresarial en la micro, pequeña y mediana empresa en el Perú. Lima: CIUP.
RAMOS, M.
2010 Manuela Ramos. Recuperado el 3 de junio de 2010.
REPSOL
2010 Memoria de responsabilidad corporativa 2010. Recuperado en junio del 2011, de <http://www.repsol.com/es_es/corporacion/responsabilidad-corporativa/ informe-responsabilidad-corporativa/default.aspx>.
RIVERA, Fredy
1999 «Las aristas del racismo». En: RIVERA, Fredy y Emma CERVONE. Ecuador racista, pp. 9-45. Ecuador.
RUBERY, J.; S. GRIMSHAW, C. FAGAN, H. FIGUEREIDO y M. SMITH
2003 «Gender Equality still on the European Agenda – but for How Long?». En: Industrial Relations Journal, pp. 477-97.
RUSSELL HOCHSCHILD, Arlie
2008 La mercantilización de la vida íntima. Apuntes de la casa y el trabajo. Buenos Aires: Katz Editores.
SANBORN, Cynthia
2008 «Del dicho al hecho: empresarios y responsabilidad social en el Perú». En: Revista Brújula, Dossier Responsabilidad Social, año 9, N° 16, pp. 6-18.
SCHERER-WARREN, I.
s.f. «Redes sociales y de movimiento en la sociedad de la información». En: Nueva Sociedad, 19, pp. 78-92.
SEGAL, M. S.
2002 «Passion with an Umbrella: Grassroots Activists in the Workplace». En: Social Structure and Organizations Revisited, Vol. 19, pp. 125-68.
SERNA, G.
2003 «Propuestas y hallazgos preliminares para un análisis sobre mujeres ejecutivas en la Ciudad de México». En: Destacados, N° 11, pp. 77-96.
SULMONT HAAK, D.
2005 Encuesta nacional sobre exclusión y discriminación social. Informe final de análisis de resultados. Lima.
SUNAT
2010 «Sunat». Recuperado el 3 de junio de 2010, de <http://www.sunat.gob.pe/ orientación/mypes/caracteristicas-microPequenaEmpresa.html>.
SWITZER, Y.
2006 «Women College Presidents: Interviews about Journeys and Adaptations». En: Advancing Women in Lidership Online Journal, Vol. 21, pp. 1-13.
TELEFÓNICA
2010 Informe de responsabilidad corporativa 2008. Recuperado en junio del 2010, de <http://www.telefonica.com.pe/acercadetelefonica/informe_2008.shtml>.
TENJO GALARZA, J. y P. HERRERA IDÁRRAGA
2009 Dos ensayos sobre discriminación: discriminación salarial y discriminación en acceso al empleo por origen étnico y por género.Bogotá: Pontifica Universidad Javeriana.
TENJO GALARZA, J.; R. RIBEIRO MEDINA, y L. F. BERNAT DÍAZ
2006 Evolución de las diferencias salariales de género en seis países de América Latina: un intento de interpretación. Bogotá: CEDE, Centro de Estudios sobre Desarrollo Económico, Facultad de Economía, Universidad de los Andes.
THE ECONOMIST
2009a «Womenomics. Feminist Management Theorists are Flirting with Some Dangerous Arguments». En: The Economist, 30 de diciembre. Recuperado el 25 de junio de 2012, de <http://www.economist.com/node/15172746>.
2009b «Women and Work. We Did It!». En: The Economist, 30 de diciembre. Recuperado el 25 de junio de 2012, de <http://www.economist.com/node/15174489>.
THOMAS, D. A.
2004 «La diversidad como estrategia». En: Harvard Business Review, septiembre.
TORO, D. R.
2008 «Reflexiones sobre género la maternidad y el éxito profesional de las mujeres». En: Revista Kálathos, septiembre, pp. 1-9.
UMEP
2010 «UMEP Perú». Recuperado el 26 de mayo de 2010, de <http://www.umepperu. es.tl/>.
ULSHOEFER, Petra
1994 Igualdad de oportunidades para las mujeres en los años 90: desafíos para la legislación del trabajo, la seguridad social y las relaciones laborales. OIT.
VALDIVIA, N.; M. BENAVIDES y M. TORERO
2007 «Exclusión, identidad étnica y políticas de inclusión social en el Perú: el caso de la población indígena y la población afrodescendiente«. En: GRADE. Investigación, políticas y desarrollo en el Perú, pp. 603-55. Lima: Grade.
VERA ROJAS, P.
2006 La discriminación en los procesos de selección de personal. Ginebra: OIT.
VILLARÁN DE LA PUENTE, F.
2007 El mundo de la pequeña empresa. Lima: Copeme. 2000 «Las PYMES en la estructura empresarial peruana». 30 de junio. Recuperado el 26 de abril de 2010.
VISO, G.
2006 VISO. 25 de febrero. Recuperado el 3 de mayo de 2010.
WIEVIORKA, Michael
2007 «La mutación del racismo«. En: Revista Mexicana de Ciencias Políticas y Sociales, Vol. XLIX, N° 200, mayo-agosto, pp. 13-23.
WIRTH, L.
2004 Romper el techo de cristal. Las mujeres en puestos de dirección. Ginebra: OIT.
YANACOCHA
2010 «Yanacocha. Responsabilidad social». Recuperado el junio de 2010, de <http:// yanacocha.com.s90818.gridserver.com/category/responsabilidad-social/>.
YPEIG, A.
2006 Produciendo contra la pobreza: la microempresa vista desde el género. Lima: Instituto de Estudios Peruanos (IEP)
ZABLUDOVSKY, G.
2007a «Las mujeres en México: trabajo, educación superior y esferas de poder«. En: Política y Cultura, pp. 9-47.
2007b «México: mujeres en cargos de dirección sector privado». En: Revista Latinoamericana de Administración, pp. 9-26.
1995 «Presencia de las empresarias en México: diagnóstico comparativo regional y mundial«. En: Revista Mexicana de Sociología, Vol. 57, N° 4, pp. 255-85.