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Afroperuanos: Una historia por reescribir
"La tarea está pendiente" plantean especialistas en la presentación de dos nuevos libros sobre la trayectoria de negros destacados.
Por Denis Merino (Diario Uno)._ La historia de los afroperuanos, desde su llegada a nuestro país como esclavos, su participación en las gestas libertadoras y en otros importantes acontecimientos, tiene que reescribirse para ser conocida por todos, señalaron especialistas en el tema en la presentación de dos libros con ocasión del mes de la cultura afro peruana, que rinde homenaje al compositor, historiador y dedmista Nicomedes Santa Cruz.
«La historia debe reescribirse desde nosotros, con nosotros y para nosotros, somos agentes de nuestra propia libertad, y por lo tanto responsables de lo que sobre nosotros se diga, esa construcción nos permite afirmar el orgullo que sentimos por nosotros mismos, y finalmente, permite el conocimiento objetivo de nuestra presencia en el país a lo largo de estos casi quinientos años, por el resto de la ciudadanía» expresan los autores del libro «Personajes afro descendientes del Perú y América».
Luego refieren que el sistema educativo no está diseñado para el autoconocimiento de las poblaciones: «Nosotros hemos sabido de nosotros por nosotros mismos, en la escuela nunca me enseñaron sobre mi ascendencia o sobre nuestras características y procedencia».
Romper estereotipos
Señalan asimismo que es importante romper visiones estereotipadas, románticas y extremas sobre los afros tanto como víctimas y también como victimarios, «hay que enfrentar los mensajes perversos que distorsionan la imagen que se tiene de los africanos y su descendencia, que prejuician y racializan nuestra presencia, estigmatizándola y convirtiéndola en el principal obstáculo para la construcción de personalidades e identidades fuertes para el ejercicio de la ciudadanía».
Los afros consideran que todo el sistema social y gubernamental ha respondido eficientemente a las ideologías discriminatorias y racistas, que conducen a la invisibi-lización de la presencia de los africanos y su descendencia, así como de cualquiera de las manifestaciones o expresiones de creatividad, inteligencia o sabiduría, que poseen y que es un legado importante para todos los peruanos.
«Lamentablemente, no deja de ser cierto que muchos logros responden a la relación coyuntura! con el poder, como es el caso de muchas minorías. Siempre hemos tenido que esperar el mejor momento para obtener los mejores resultados como la firma de la abolición de la esclavitud el 3 de diciembre de 1854, que dejó de ser una victoria de nuestras luchas y pasó a ser una concesión de las élites de poder, convirtiéndose en un favor de los otros y no en un logro nuestro. Eso debe cambiar en nuestra conciencia», refirieron.
Trato diferenciado
Por su parte el profesor de filosofía de la Pontificia Universidad Católica del Perú y educador Martín Valdiviezo dijo que los historiadores solían tratar a las personas con identidades africanas de una forma distinta al que usaban con las identidades españolas o criollas. «Incluso los tratan sin un nombre propio, en esas narrativas el otro visible era el indígena y el africano o afrodescendiente».
«Hacia fines del siglo XIX y principios del XX los intelectuales criollos empezaron a construir una idea de identidad nacional inspirada en el Inca Gracilaso de la Vega como es el mestizaje lo que se convirtió en el icono del ciudadano peruano, sin embargo los afro peruanos así como los chinos, árabes, judíos y gitanos quedaron fuera de esa ciudadanía» afirma.
Los invisibles
Menciona como ejemplo del tratamiento dado a los afrodesendientes en las crónicas de Pedro Cieza de León y Garcilaso de la Vega, así como los textos de José de la Riva Agüero y Jorge Basadre».
«Cieza narra la primera visita de miembros de la expedición española a Tumbes y señala «el capitán mandó a Alonso de Molina y a un negro que fuesen…». Sobre quién era Molina, se informa, pero quién era el negro, jamás. Además, no dice nada si entre los 13 de la Isla del Gallo había africanos. Lo interesante de esta visita es que el negro fue el centro de la atención -de los pobladores de Tumbes quienes hasta lo lavaron para saber si su color era artificial o natural».
Valdiviezo agrega que desde el primer momento la historia del Perú fue marcada por el encuentro de Africa, Europa y América. «A lo largo de la crónica de Cieza se mencionará esporádicamente a otros negros siempre sin nombres ni voces propias».
Sobre las crónica anota que Gracilazo menciona a 150 negros y 300 soldados etíopes en primera rebelión de los encomenderos españoles contra la corona. El Inca cita el nombre del capitán general como «Maesejuan».
De Riva Agüero señala que en su tesis «La Historia en el Perú» definió la peruanidad como una afianza entre blancos, mestizos e indios «invisibilizando la diversidad social peruana» y sobre Basadre sus escritos sobre los negros calificándolos de tener «tendencia a la mentira, inteligencia viva y limitada, pereza para el trabajo» y que su aporte fue de sensualidad y de embriaguez.
Experiencia histórica
«Estos y otros libros responden a la necesidad de afirmar la identidad afroperuana, pluralizar nuestra memoria histórica, requisito para interculturalizar nuestra ciudadanía democrática. Al dar a conocer la experiencia histórica de los afroperuanos a través de las vidas de poetas, cantantes, músicos, maestras cocineras, luchadores sociales, narradores, líderes populares, se abre el camino hacia la promesa de libertad, igualdad y fraternidad de la vida peruana», concluye Valdiviezo.
El segundo libro, titulado «Nicomedes Santa Cruz, Zaña y África» y escrito por el sociólogo y director del Museo afroperuano de Zaña, Luis Rocca Torres, es un relato sobre las visitas que hizo el reconocido investigador que cumpliría 90 años a Zaña hace 50 años como también a Senegal.
Precisa Rocca que Santa Cruz fue el primero en llevar la historia y el arte de Zaña a un seminario internacional en Africa hace cuarenta años. «Allí entre africanos netos hablo de los hijos de africanos nacidos en el Perú y presentó una ponencia en que se reseña la historia de Zaña y su cantar «A lundero le da» en Dakar, Senegal.