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Discriminación en el Perú: Exploraciones en el Estado, la empresa y el mercado laboral
Varios estudios sobre discriminación y la exclusión en el Perú, con información actualizada sobre indicadores útiles; así como el uso de metodologías de investigación innovadoras que tienen amplia aplicación para el análisis de otros problemas dentro de las ciencias sociales.
Título | Discriminación en el Perú: Exploraciones en el Estado, la empresa y el mercado laboral |
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Contribuidores | Roberto Asmat, Juan Francisco Castro, Francisco Galarza, Joanna Kámiche, Liuba Kogan, Patricia Lay, Adriana Lizarzaburu, Ricardo Montero, Katia Samanamud, Cynthia Sanborn, Gustavo Yamada |
Editor | Francisco Galarza |
ISBN | 978-9972-57-204-3 |
N.º de páginas | 281 |
Introducción
Por Francisco Galarza
1. Introducción
2. Pie de página
3. Referencias
INTRODUCCIÓN
Imaginemos a dos parejas de personas adultas, Honorato Huamancuri y Fortunata Huancahuari, y Armando McFarland y Amanda Anderson. En una sociedad donde el acceso a la educación y la salud básicas, y a otros servicios públicos gratuitos, es igual para todos los ciudadanos, no deberíamos encontrar que Honorato ni Armando tengan diferencias en la obtención de esos servicios si ambos intentaran acceder a ellos. Esto también sería cierto para todos los que comparten el mismo origen del apellido que Fortunata y que Amanda, y que cualquier otro ciudadano. De la misma manera, si Honorato y Armando tuvieran las mismas habilidades requeridas para desempeñar un trabajo determinado, así como equivalente experiencia laboral, sus oportunidades de acceso al mercado laboral deberían ser similares, así como sus posibilidades de ascenso y sus salarios, siempre y cuando (y aquí está el quid del asunto) los empleadores se fijaran solo en esos atributos para contratar, y decidir los ascensos y el aumento de salarios.
Hay dos temas transversales que se abordan en este volumen; uno es la exclusión, definida como la restricción de la posibilidad de acceso a algún servicio, bien público u oportunidad, entendida esta en el sentido amplio. La segunda es la discriminación, entendida como el trato desigual, asumiendo que todos tienen, en principio, iguales oportunidades de acceso. Sin duda, estos dos son temas de la mayor importancia; en particular en un contexto de crecimiento macroeconómico estable, en el que, comprensiblemente, las voces que abogan por incluir a los grupos tradicionalmente desfavorecidos se escuchan cada vez más fuertes.
En ese sentido, dos aportes sustanciales de los estudios presentados en este volumen son: la provisión de información actualizada sobre indicadores útiles para el análisis de la discriminación y exclusión en varios ámbitos de la vida peruana; así como el uso de metodologías de investigación innovadoras, que tienen amplias aplicaciones para el análisis de otros problemas dentro de las ciencias sociales.
Concretamente, los trabajos incluidos en este volumen nos conducirán por caminos poco visitados, incluyendo: las diferencias en el acceso y en las tasas de deserción del sistema educativo peruano (desde el nivel inicial hasta el nivel superior) según el origen étnico y el sexo (capítulo 1); luego de lo cual nos informaremos de las diferencias en los ingresos laborales según sexo y grupo étnico a nivel nacional (capítulo 2). Continuando con el análisis del mercado laboral, revisaremos luego un estudio experimental que detecta discriminación sexual y racial en Lima Metropolitana (capítulo 3); para después introducirnos al análisis de los factores asociados con la movilidad ocupacional de una muestra de egresados de la Universidad del Pacífico (capítulo 4). Finalmente, presentaremos un estudio que muestra el trato diferenciado, en función del origen étnico y el sexo, en el acceso a servicios públicos en el país (capítulo 5).
Si bien el énfasis de este volumen se concentra en el análisis de distintos aspectos del mercado laboral, también se analizan las diferencias en el acceso y en las tasas de deserción educativa según sexo y según grupos étnicos (lo cual tiene repercusiones claras en el mercado laboral); además de investigarse la exclusión y discriminación de grupos étnicos que pueden presentarse en sucesos cotidianos, como la provisión de servicios públicos. En todos los casos analizados a lo largo de los cinco capítulos (acceso a la educación y permanencia en el sistema educativo, diferencias en los ingresos, posibilidades de avanzar en la selección de empleados, movilidad ocupacional, y acceso a servicios públicos), la evidencia presentada revela la persistente desventaja de los grupos de ancestros andinos; y, en menor medida, de las mujeres. Asimismo, cuando se incluye en el análisis a los grupos amazónicos y a los afrodescendientes, se encuentra que estos alcanzan incluso peores resultados (en términos de acceso a educación, ingresos laborales y acceso a servicios públicos).
Uno de los desafíos operativos para analizar las diferencias étnicas (respecto de cualquier variable) es, precisamente, la identificación de grupos étnicos en el Perú. La aproximación comúnmente usada para tal efecto ha sido emplear una combinación de datos de lengua materna y/o de autopercepción étnica, que provienen de encuestas como la Encuesta Nacional de Hogares (Enaho). Si bien es cierto que la definición de ‘etnia’ debe considerar otras variables, además de la lengua materna y las costumbres1, y que las cifras de autopercepción pueden tender a subreportar la pertenencia a minorías étnicas, lamentablemente no se cuenta con mejores indicadores. Estas limitaciones, con las que los autores deben lidiar (capítulos 1, 2, y 5) podrían superarse si las autoridades encargadas de la construcción de estadísticas implementaran indicadores más finos de pertenencia étnica en las encuestas nacionales.
El rol de la educación como un pilar del desarrollo de una sociedad es apoyado por sustancial evidencia empírica, tanto a escala microeconómica como macroeconómica (e.g., Barro 1997; Lucas 1988; Mankiw, Romer y Weil 1992; Mincer 1974; Psacharopoulos 1994; Sen 1999). Además de potenciar las habilidades cognitivas, empoderar a los ciudadanos para ejercer sus derechos y agilizar el procesamiento de información, un beneficio tangible de la educación son las mayores posibilidades de acceso al mercado laboral; lo cual va usualmente acompañado de ingresos más altos, en promedio. Es abundante la evidencia de que los retornos a la educación pueden ser sustanciales, en particular para los niveles técnicos y superiores (Barco y Vargas 2010; Calónico y Ñopo 2007; Yamada 2007). Naturalmente, para gozar de estos beneficios, los individuos tienen que sortear una serie de obstáculos, materiales y no materiales, en su tránsito por el sistema educativo.
El estudio de Juan Francisco Castro, Gustavo Yamada y Roberto Asmat, “Diferencias étnicas y de sexo en el acceso y deserción en el sistema educativo peruano”, presentado en el capítulo 1, precisamente, da cuenta de la evolución del acceso y la permanencia en el sistema educativo según grupos étnicos; dos aspectos cruciales para el futuro de los jóvenes. Los autores encuentran que los grupos étnicos andinos (quechua/aimara), amazónicos y afrodescendientes tienen un mayor riesgo de desertar, en cada etapa del ciclo educativo (primaria, secundaria), que los mestizos/blancos (grupo de comparación en sus análisis); y que dicho riesgo es mayor para las mujeres que para los hombres. La metodología empleada por los autores permite identificar los factores que contribuyen a la existencia de dicha brecha, siendo estos más estructurales (incluyendo el contexto familiar y educativo) en el caso de los afrodescendientes; mientras que en el caso de los grupos andinos, están más relacionados con restricciones materiales (dinero y carencia de infraestructura educativa).
Los resultados mencionados sugieren dos campos de acción posibles para reducir las brechas educativas: uno referido al ámbito público, como el aumento de la oferta educativa; y otro referido al ámbito familiar y otros componentes no materiales, que actúan como barreras para cerrar las brechas educativas. Como sugieren los autores, aquí hay un vacío de investigación importante. Adicionalmente, sería útil analizar si los resultados antes indicados son robustos al uso de variables alternativas a la residencia rural y el nivel educativo del padre, que Castro, Yamada y Asmat usan como variables proxy de las restricciones materiales y de las restricciones monetarias del hogar, respectivamente.
Un trabajo que complementa bien el trabajo antes discutido de Castro, Yamada y Asmat es Garavito (2010), quien también encuentra diferencias étnicas y sexuales en la vulnerabilidad al empleo, definida esta como la probabilidad de que el empleo empeore (i.e., pase de uno de alta calidad o uno de baja calidad, o que el trabajador quede desempleado) respecto al inicial2. Con peores condiciones laborales para los grupos indígenas, es de esperar que sus ingresos laborales sean menores que los de los demás grupos.
En efecto, Gustavo Yamada, Adriana Lizarzaburu y Katia Samanamud, en su estudio titulado “La persistencia de las brechas étnicas en el mercado laboral peruano”, presentado en el capítulo 2 de este volumen, confirman el agrandamiento de las brechas de ingresos, en detrimento de los grupos indígenas (quechua, aimara y amazónicos, definidos en función del lenguaje materno3), en años recientes (2005-2009), respecto a la situación de 1997. El ingreso percibido por dichos grupos es 53% menor que el percibido por los grupos no indígenas (esta brecha era 49% en 1997). Asimismo, dichos autores encuentran que son dos los principales factores que explican las brechas de ingresos: en primer lugar, el grado de ruralidad de la vivienda (variable probablemente correlacionada con una serie de indicadores de acceso a servicios básicos, necesidades básicas y pobreza); y, en segundo lugar, el nivel educativo.
Los métodos usados por Yamada, Lizarzaburu y Samanamud permiten descomponer las brechas étnicas de los ingresos en aquellas diferencias atribuibles a variables observables –educación, sexo y estado civil, entre otras– (que representan entre el 58% y 80% de la brecha total étnica de ingresos reportada) y aquellas atribuibles a variables no observables (que representan nada menos que entre 20% y 42% de la brecha total).
Este último componente provee un referente de la importancia de la discriminación potencial (por cualquier factor; e.g., raza, sexo, apariencia física, o nivel socioeconómico) como factor explicativo de las brechas de ingresos en el mercado laboral peruano.
Para poner esas cifras en perspectiva, volvamos al caso de nuestros personajes varones, Honorato Huamancuri y Armando McFarland. Usando los estimados de Yamada, Lizarzaburu y Samanamud, si Armando tuviera ingresos laborales por 100 soles, Honorato percibiría apenas 47 soles. De esos 53 soles de diferencia de ingresos entre Armando y Honorato, entre 31 y 43 soles podrían explicarse por la diferencia en dotaciones (e.g., educación) entre Armando y Honorato, mientras que el resto (entre 11 y 22 soles) podría explicarse, al menos parcialmente, por algún tipo de discriminación en contra de Honorato. La cuestión que surge seguidamente es: ¿cuánto de esa brecha de ingresos inexplicada por variables observables se puede atribuir, realmente, a algún tipo de discriminación? Esta es una pregunta sustantiva que no ha sido, ni puede ser, respondida de manera fehaciente con la información existente en encuestas convencionales, como la Enaho; de ahí la importancia de mejorar los instrumentos de producción de información en forma periódica y sistemática.
El capítulo 3, “Detectando discriminación sexual y racial en el mercado laboral de Lima”, escrito por Francisco Galarza, Liuba Kogan y Gustavo Yamada, aborda la pregunta planteada en el párrafo anterior, pero para la etapa de la selección para entrevistas, que realizan los empleadores sobre la base de la revisión de los currículos de vida (CV). Estos autores presentan los resultados de un estudio experimental cuyo novedoso diseño4 permite detectar discriminación laboral por sexo o raza. Se trata de un trabajo de campo de gran escala, que consistió en enviar más de 4.000 CV de candidatos ficticios que eran, por construcción, similares en capital humano (educación y experiencia), y solo diferían en el sexo, nombres y apellidos de los postulantes (esta última variable fue usada para capturar la raza: quechua o blanca)5. Dada la equivalencia de los CV en términos del capital humano, las tasas de respuesta de los empleadores (medida por el número de llamadas para una entrevista) no deberían diferir estadísticamente para ningún grupo (hombre/mujer, quechua/blanco). De esta manera, los autores tienen un indicador más preciso de discriminación sexual y racial que el que obtendrían usando datos no experimentales, como encuestas.
Los CV fueron enviados como respuesta a vacantes laborales reales para empleos profesionales, técnicos y no calificados ofrecidas en Lima Metropolitana. Los hallazgos indican evidencia de discriminación sexual, y de una aun más acentuada discriminación racial: para tener una misma tasa de respuesta al envío de CV que los varones, mujeres con las mismas calificaciones necesitan enviar 20 por ciento más CV, mientras que los candidatos indígenas (quechuas) necesitan enviar 80 por ciento más CV que los candidatos blancos con equivalente capital humano. Esas brechas son más marcadas, en particular la brecha racial, en los empleos profesionales. Volviendo a nuestros personajes iniciales, esto significa que, para tener el mismo éxito recibiendo llamadas de los empleadores para las entrevistas que los Armandos McFarland, cuando estos envían 10 CV, los Honoratos Huamancuri tendrían que enviar 18 CV (¡casi el doble!). Análogamente, para tener la misma tasa de llamadas para entrevistas que las Amandas Anderson, cuando estas envían 10 CV, las Fortunatas Huancahuari tendrían que enviar 12 CV.
Galarza, Kogan y Yamada también examinan el rol de la apariencia física en la tasa de discriminación observada, y encuentran que la magnitud de la discriminación racial se reduce en un tercio cuando controlan por la apariencia física de los postulantes. El análisis más profundo de este último tema podría ayudar a entender los mecanismos a través de los cuales opera lo que observamos como discriminación racial6. En suma, el análisis de Galarza, Kogan y Yamada constituye un precedente importante para futuras investigaciones sobre la discriminación laboral en el Perú.
Si bien el alcance del trabajo de Galarza, Kogan y Yamada abarca solo Lima Metropolitana, el método empleado puede usarse para analizar mercados regionales y tener inferencias a escala nacional. De hecho, es el mismo procedimiento que usan organismos de protección al consumidor, como el Instituto Nacional de Defensa de la Competencia y de la Protección de la Propiedad Intelectual (Indecopi) (a una escala limitada, caso por caso), para encontrar evidencia de cualquier transgresión de los derechos del consumidor, como la discriminación, precisamente. Un tema pendiente en la agenda de las investigaciones sobre discriminación tiene que ver con el análisis de la oferta, que permita identificar los canales a través de los cuales opera la discriminación, con miras a diseñar propuestas de política que la ataquen de la forma más efectiva posible. Este tipo de investigaciones se beneficiaría sustancialmente del uso de métodos cuantitativos y cualitativos, que identifiquen las preferencias de los empleadores y entiendan el entorno organizacional bajo el cual estos operan.
En la línea sugerida en el párrafo previo, Liuba Kogan, Joanna Kámiche y Patricia Lay combinan ambos análisis en su investigación titulada “¿El origen socioeconómico y la raza pagan? Un estudio interdisciplinario sobre la discriminación racial y socioeconómica en el ámbito empresarial limeño”, reportada en el capítulo 4. En ese capítulo, las autoras nos conducen por rutas usualmente inexploradas, tanto por el tema de la investigación, como por los métodos usados. En efecto, Kogan, Kámiche y Lay analizan un segmento particular del ámbito empresarial limeño, aquel donde una muestra de ex alumnos de la Universidad del Pacífico (UP) trabaja; y usan una combinación de métodos cuantitativos y cualitativos, con el propósito de analizar el rol de la raza, el sexo, el apellido y el nivel socioeconómico, entre otras variables, en las posibilidades de acceder a puestos de “alto rango”.
Las autoras obtuvieron valiosa información histórica de una muestra de alumnos egresados durante el período 1990-1995 sobre la escala de pagos en la UP y en sus colegios de procedencia, y su rendimiento académico (y ubicación en el ranking de alumnos); además de información sobre la carrera estudiada, los apellidos, la foto (que es usada por las autoras para construir un indicador de raza: blanca o no blanca), la edad, el tamaño de la empresa donde laboran actualmente, así como del puesto máximo que se podría alcanzar en las respectivas empresas. Complementariamente, las autoras condujeron 22 entrevistas en profundidad para recoger las impresiones de 11 egresados y 11 egresadas acerca del rol del sexo y del apellido en el “éxito laboral”.
El análisis cuantitativo de las autoras busca explicar los factores correlacionados con (la probabilidad de) alcanzar el puesto máximo en la empresa donde cada uno de los egresados de la UP de la muestra seleccionada trabaja, mientras que el componente cualitativo intenta obtener pistas acerca de la importancia de la personalidad (entendida en el sentido amplio) en el ascenso laboral.
Un resultado interesante del mencionado estudio es que, si bien el desempeño durante el pregrado pareciera contribuir a explicar las características del primer empleo, esa variable no afecta la probabilidad de ocupar el máximo cargo. Probablemente, este resultado implique que hay habilidades requeridas por el mercado laboral que el desempeño en el pregrado no estaría capturando7. Por otro lado, las variables que, individualmente, explican un aumento en la probabilidad de ocupar el máximo cargo son el sexo (a favor de los hombres), la raza (a favor de los blancos) y el nivel socioeconómico alto (capturado por el indicador de la pensión de estudios más alta en la UP). Estos sugerentes resultados son robustos econométricamente, aun cuando es difícil argumentar que dichos resultados impliquen la existencia de discriminación sexual, racial y por nivel socioeconómico, puesto que no se están controlando por otras variables que pueden influenciar la productividad laboral; la más importante de las cuales tiene que ver con los niveles actuales de educación, capacitación y experiencia de los egresados, como las mismas autoras señalan en su texto.
La investigación de Kogan, Kámiche y Lay abre el camino para otras en las cuales se pueda contar con información histórica y se empleen más intensivamente métodos cualitativos, en un intento por comprender mejor las historias detrás de las variables de interés analizadas. En el caso estudiado por las autoras, un análisis integral de las historias laborales de los ex alumnos requiere la recolección sistemática de información relevante de los egresados (incluyendo, por lo menos, cargos desempeñados, estudios de postgrado y capacitaciones realizadas, períodos de permanencia en cada puesto y lugar de trabajo), a quienes debería dárseles los incentivos necesarios para reportar esa información periódicamente. Esta recolección de información debiera ser de interés para las mismas universidades.
Por último, en el capítulo 5, “Exclusión y discriminación étnica en los servicios públicos en el Perú”, Ricardo Montero y Gustavo Yamada investigan un tema sobre el cual hay poca evidencia estadística: la existencia de un trato diferenciado en el acceso a servicios públicos; así como en el cobro de coimas para la conclusión exitosa del trámite respectivo, resultado que está en manos del funcionario público. En su análisis para un conjunto de 22 servicios ofrecidos por la policía, los gobiernos municipales, los ministerios, el sistema judicial, los centros de estudios estatales, las empresas proveedoras de agua, energía eléctrica y telecomunicaciones, los centros de salud, y aduanas y migraciones8, los autores reportan que, una vez más, los grupos indígenas9 están en desventaja respecto a los no indígenas, en términos del acceso a los mismos; resultado que se debe a su menor poder adquisitivo, lo cual, a su vez está influenciado por su menor nivel educativo.
Asimismo, para el conjunto de los servicios públicos analizados, Montero y Yamada encuentran que si bien no hay evidencia de diferencias étnicas en las coimas pagadas por los usuarios, sí la hay respecto a las tasas de conclusión exitosa del trámite; lo cual puede deberse a la discriminación en contra de la población indígena. Por otro lado, cuando los autores analizan servicios públicos concretos, encuentran que para el caso de los servicios básicos, no solo hay diferencias étnicas en el acceso, sino que, además, hay diferencias étnicas en el monto pagado de las coimas, así como en las tasas de conclusión del trámite. Una pregunta interesante que se desprende de lo anterior es: ¿en qué medida el monto pagado de las coimas explica el éxito del trámite? La respuesta a esta interrogante permitiría completar el análisis realizado por Montero y Yamada.
Esperamos que los resultados de los estudios reportados en este volumen constituyan un material útil para la discusión informada sobre la discriminación y la exclusión en el Perú, temas que han cobrado una renovada vigencia en el país. Como se podrá apreciar a lo largo de los cinco capítulos incluidos, pocos volúmenes condensan tanta información, y de manera tan elaborada, sobre la problemática discutida. Este material llega oportunamente, en un momento en el que, en un contexto de crecimiento macroeconómico, renovados reclamos sobre la (re)distribución de estos beneficios se han manifestado con justa razón.
Si bien es cierto que queda mucho por hacer en términos del mayor conocimiento de las diferencias entre grupos étnicos en varios ámbitos de la sociedad, así como de las características asociadas a la existencia de estas diferencias, investigaciones como las presentadas en este volumen aportan información novedosa y relevante sobre la exclusión y la discriminación en el Perú en varios ámbitos que tienen repercusiones económicas importantes (acceso a educación y permanencia en el sistema educativo, acceso al empleo y brechas de ingresos, movilidad laboral, y acceso a servicios públicos), dos temas sobre los cuales se ha discutido mucho recientemente pero con escasa evidencia empírica. Como mencionamos líneas arriba, la riqueza de los estudios reportados en este volumen tiene que ver con el uso de métodos innovadores para estimar las brechas en los logros educativos y en los ingresos, así como para detectar la existencia de discriminación; y con los datos novedosos que nos ofrecen, los mismos que constituyen puntos de referencia que podrían ser usados por estudios futuros.
Asimismo, esperamos que el material presentado en este volumen contribuya a abrir nuevos caminos en la investigación de la problemática de la exclusión y la discriminación, y, sobre todo, motive a investigadores y tomadores de decisiones a reflexionar sobre la importancia de que personas como Honorato Huamancuri y Fortunata Huancahuari tengan las mismas oportunidades de acceso que Armando McFarland y Amanda Anderson. En ese sentido, hacen falta mayores esfuerzos para construir información cuantitativa, de modo periódico y sistemático, sobre esta temática.
Los trabajos incluidos en este libro complementan aquellos contenidos en el compendio editado por Cynthia Sanborn. Los trabajos reportados en este volumen han recibido el apoyo financiero de la Fundación Ford, entidad que confió en un equipo de investigadores del Centro de Investigación de la Universidad del Pacífico (CIUP) para la realización de los mismos. Asimismo, las investigaciones reportadas en los capítulos 3 y 4 fueron ganadoras del Primer Concurso de Proyectos de Investigación Interdisciplinaria (PII), organizado por la Universidad del Pacífico. Versiones previas de estos estudios fueron presentadas en el seminario “La discriminación en el Perú: entre el Estado y el mercado”, llevado a cabo en octubre del 2011. Quiero, finalmente, expresar mi agradecimiento a los autores por el esfuerzo desplegado para hacer posible esta publicación.
PIE DE PÁGINA
1 La complejidad involucrada en la definición de categorías étnicas en el Perú, así como las distintas proporciones de la población representadas por los grupos étnicos, resultantes del uso de distintos criterios para definir etnias, es reportada por Sulmont (2011).
2 Garavito usa la Enaho 2004-2006 en su análisis, y emplea una definición de etnicidad asociada al lugar de nacimiento, sobre la base de la clasificación de regiones étnicas usada por Figueroa y Barrón (2005).
3 La lengua materna era el único identificador étnico en la Encuesta Nacional de Niveles de Vida (Enniv) de 1997, año con el que se compara la situación de 2005-2009, capturada por las Enaho. 4 El estudio pionero de este tipo es Bertrand y Mullainathan (2004), que ha abierto las puertas para el análisis experimental de la discriminación laboral en varios países, desarrollados y en desarrollo.
5 Si bien puede ser una simplificación usar el apellido como único indicador de raza, en este caso esta variable diferencia claramente a aquellos de origen andino (e.g., Soncco, Vilca) de aquellos blancos (e.g., Visconti, De la Piedra).
6 Escasos trabajos han analizado el efecto de la apariencia física sobre el acceso al mercado laboral hasta la fecha; tema que forma parte de la agenda de investigación de Galarza y Yamada.
7 Naturalmente, uno esperaría que este primer empleo resulte ser una especie de prueba de fuego para quienes no fueron tan exitosos en la universidad, y que explique el desempeño futuro, a dónde migrará, qué puesto alcanzará, en cuánto tiempo, etc.
8 La selección de estos servicios públicos se debe a la existencia de información de los mismos en las Enaho 2004 y 2006.
9 Definidos nuevamente en función de la lengua materna y la autopercepción étnica, para efectos de este capítulo.
REFERENCIAS
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2007 Retornos a la educación superior en el mercado laboral: ¿vale la pena el esfuerzo? Documento de Trabajo 78. Lima: Centro de Investigación de la Universidad del Pacífico (CIUP), Consorcio de Investigación Económica y Social (CIES).
Tabla de contenidos
- Introducción
- Capítulo 1: Diferencias étnicas y de sexo en el acceso y deserción en el sistema educativo peruano
- Capítulo 2: La persistencia de las brechas étnicas en el mercado laboral peruano
- Capítulo 3: Detectando discriminación sexual y racial en el mercado laboral de Lima
- Capítulo 4: ¿El origen socioeconómico y la raza pagan? Un estudio interdisciplinario sobre la discriminación racial y socioeconómica en el ámbito empresarial limeño. El caso de los egresados de la Universidad del Pacífico
- Capítulo 5: Exclusión y discriminación étnica en los servicios públicos en el Perú
- Sobre los autores